El estado actual del tabaquismo en el mundo
El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de muerte evitable en todo el mundo, a pesar de los esfuerzos en curso para reducir el consumo de tabaco. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 8 millones de personas mueren anualmente a causa del consumo de tabaco. De ellos, más de 7 millones son consumidores directos, mientras que 1,2 millones son fumadores pasivos, expuestos al humo de terceros. Aunque la prevalencia del tabaquismo ha disminuido en muchos países, especialmente en las naciones desarrolladas, todavía representa un enorme desafío de salud pública, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos.
Consumo de tabaco por región
América: América Latina ha logrado avances significativos en la reducción del tabaquismo, y países como Brasil y Uruguay lideran rigurosas campañas de control del tabaco. En Estados Unidos, la prevalencia del tabaquismo ha caído a menos del 14% en 2023, pero la lucha contra el tabaquismo persiste, especialmente con el aumento del uso de cigarrillos electrónicos y dispositivos de vapeo entre los jóvenes.
Europa: Europa tiene una de las tasas de tabaquismo más altas: más del 29% de los adultos fuman en algunos países de Europa del Este. Países como Rusia y Grecia siguen luchando contra el elevado consumo de tabaco a pesar de políticas más estrictas. Sin embargo, las naciones de Europa occidental como el Reino Unido y Francia han visto una reducción significativa en el número de fumadores, gracias a campañas educativas y al aumento de los impuestos al tabaco.
Asia-Pacífico: Asia, hogar de más de la mitad de la población mundial, tiene una prevalencia alarmante de tabaquismo. China, el mercado de tabaco más grande del mundo, tiene más de 300 millones de fumadores y el consumo per cápita sigue siendo alto. En otros países asiáticos, como Indonesia y Filipinas, el tabaquismo sigue estando profundamente arraigado en la cultura, lo que dificulta las campañas de reducción.
África: Aunque África tiene actualmente una de las tasas de tabaquismo más bajas, la industria tabacalera se centra en este continente con agresivas campañas de marketing. La falta de una regulación y una sensibilización eficaces hace que el continente sea vulnerable a un aumento del número de fumadores, especialmente entre los jóvenes y las mujeres.
Desafíos y tendencias emergentes
Cigarrillos electrónicos y productos de nicotina calentados: el mayor uso de cigarrillos electrónicos y dispositivos de vapeo como Juul ha planteado nuevos desafíos a las políticas de control del tabaco. Si bien algunos argumentan que estos productos pueden ser menos dañinos que los cigarrillos convencionales y ayudar a dejar de fumar, la OMS advierte contra la falta de evidencia sólida sobre su seguridad a largo plazo y el potencial de crear una nueva generación de adictos a la nicotina.
Impacto de la pandemia de COVID-19: La pandemia de COVID-19 ha tenido un doble impacto en el tabaquismo. Por un lado, algunos fumadores han abandonado el hábito debido a una mayor conciencia de los riesgos para la salud pulmonar. Por otro, el estrés provocado por la pandemia ha llevado a otros a fumar más. Estudios recientes indican que los fumadores tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves si contraen COVID-19, lo que refuerza la necesidad de dejar de fumar.
Políticas de control del tabaco: Se ha demostrado que la implementación de políticas estrictas de control del tabaco, como aumento de impuestos, prohibiciones de publicidad y envases neutrales, es eficaz para reducir el número de fumadores. El Protocolo para la eliminación del comercio ilícito de productos de tabaco, un tratado del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, también tiene como objetivo combatir el contrabando y la venta de productos de tabaco ilegales, que representan una amenaza importante para los esfuerzos de control.
El camino por delante
A pesar de los avances, el camino hacia un mundo libre de tabaco aún es largo. Los funcionarios de salud pública enfatizan la importancia de un enfoque multifacético que incluya educación pública, apoyo para dejar de fumar, mayores restricciones a la venta y promoción de productos de tabaco y políticas fiscales más estrictas. También existe un llamado creciente a una cooperación internacional más fuerte para abordar el desafío del tabaco a nivel mundial, con especial atención en las poblaciones vulnerables de los países de ingresos bajos y medianos.
Además, la industria tabacalera continúa adaptándose y encontrando nuevas formas de mantener y expandir su mercado. Esto incluye el desarrollo de nuevos productos, como dispositivos calentados con nicotina, y la exploración de mercados emergentes. Por lo tanto, es crucial que los gobiernos y las organizaciones mundiales de salud mantengan sus campañas y políticas de control del tabaco dinámicas y adaptables.
Conclusión
El tabaquismo sigue siendo una crisis de salud mundial que requiere una respuesta continua y fortalecida. Aunque el número mundial de fumadores está disminuyendo en muchas regiones, la batalla está lejos de estar ganada. La concientización pública, el apoyo para dejar de fumar y políticas gubernamentales sólidas son las herramientas esenciales para continuar la lucha contra el daño causado por el tabaco. El compromiso de todas las partes, desde los gobiernos hasta las organizaciones internacionales y los ciudadanos, es crucial para reducir el impacto devastador del tabaquismo y hacer avanzar al mundo hacia un futuro más saludable.
